
Corazón: - Pero es que yo le quiero!!! :-(
Mente: - Lo se, pero… El te dejó
Corazón: - Pero fue un mal día. Yo creo que tiene solución!
Mente: - Bueno, eso es lo que sientes tú, pero quizá él no lo sienta así.
Corazón: - ¿Y cómo lo puedo saber?
Mente: - Si el siente que se ha equivocado, te lo dirá, pero debes dejar pasar tiempo y no buscarle. Las personas se dan cuenta de los errores cuando ven que echan de menos a la otra persona. Si te echa de “más” nunca podrá saber si se ha equivocado o no, porque tú estarás ahí a su lado como siempre.
Corazón: - Es que esta espera se me hace tan insoportable… ¿Y si no vuelve nunca?
Mente: - Corazón, esto no es un tiempo de espera. Es una oportunidad para que te des cuenta también de si tú le amas de verdad. Cuando amas de verdad a alguien, le respetas y deseas que sea feliz. Si no vuelve nunca, es que no era para tí, pero si sigues mis consejos, eso ya no te afectará.
Corazón: - Ya, pero es que me siento tan triste sin él…
Mente: - Pues entonces empieza por ahí! Tu felicidad o tristeza no puede depender de otras personas, sólo tiene que depender de ti! Nadie puede darte lo que tú ya tienes dentro. No puedes responsabilizar a los demás por tus alegrías o tristezas. Es normal que ahora estés triste, pero te insisto en que empieces por descubrir si era amor de verdad o esta tristeza es por la costumbre o el miedo a la soledad, porque eso nada tiene que ver con el amor de verdad.
Corazón: - Hombre... a veces es difícil distinguir entre una cosa y otra cuando estás muy triste, en eso tienes razón. ¿Cómo puedo aprender a distinguirlo, Mente?
Mente: - Estar triste es normal, se ha acabado una relación a la que estabas "acostumbrado", y cuando lo vemos desde fuera, los recuerdos buenos del pasado, nos juegan malas pasadas y solemos olvidar lo malo. Pero hay una manera de distinguir entre amor y soledad o costumbre. Si amas a una persona, la amas tal y como es, sin querer cambiar nada de ella, y te puedes sentir feliz estando con ella o sin ella, porque la felicidad viene de tu interior, no te la da nadie.
Corazón: - ¿Y cómo hago para ser feliz yo solito?
Mente: - Pues queriéndote mucho, dándote todo aquello que le pides a tu pareja. Mírate y siéntete maravillos@, se cariños@ contigo, date pequeños (o grandes) caprichos, haz cosas que te guste hacer, disfruta de los pequeños momentos de felicidad que todos los días hay en tu vida, y si no los hay, búscalos! Cuando consigas ser feliz por ti mismo y otra persona te ame, lo vivirás como un regalo, no como una necesidad, y podrás sentirte libre por fin, sin dependencias que te limitan.
Corazón: - ¿Y si él se arrepiente y decide volver?
Mente: - Pues como tú habrás aprovechado ese tiempo para liberarte de la dependencia y para quererte a ti mismo y ser feliz, podrás decidir con claridad si esa persona es la que tu amas realmente. Y si decides darle otra oportunidad, estarás listo para vivir una relación diferente a la que no funcionó anteriormente.
Corazón: - Gracias, Mente! Creo que tienes razón. Voy a empezar a cuidar de mí, y a curarme las heridas haciendo cosas que me apetezca hacer!